Anaïs Nin (21 febrero 1903 – 14 enero 1977) fue una mujer adelantada a su tiempo. Se le considera precursora de la liberación femenina y de la escritura erótica moderna.
Pájaros de fuego reúne 13 relatos breves de exaltado erotismo que fueron una bofetada a la moral de la época. Escritos en la década de 1940, aún hoy pueden escandalizar a algunos lectores. Fueron elaborados con hambre, que -a decir de Nin- es el estímulo perfecto para que los escritores se olviden de todo y cultiven “la flor del erotismo”.
Nin escribió estas narraciones a cambio de un dólar la cuartilla, por encargo de un misterioso millonario (coleccionista, dicen algunos), para el cual también escribía Henry Miller. Al principio, Nin pensó que estos relatos vivirían por siempre en la clandestinidad, pero en la década de 1970 se le propuso publicarlos. Reticente al principio, finalmente aceptó que aparecieran bajo el anticlimático título de Little birds. Editores más astutos le llamaron en español Pájaros de fuego.
Aunque se tratara de textos por encargo, Nin no desaprovechó la ocasión para ventilar aspectos relevantes, conductas de las que se escribirían tratados: el placer de observar y ser observado; la contención (no sólo del hombre) como intensificador del placer; los múltiples y variados detonantes del deseo: el coqueteo, el juego, la provocación, el escarceo casi intangible. También abordó la sensualidad como pieza fundamental en el encuentro amoroso; así como al incansable Eros, siempre buscando a Tánatos (el de la muerte dulce), al que a veces encuentra.
Nin vivió siempre adelantada a su tiempo, en el segmento más avanzado de la sociedad, ajena a las condicionantes morales. En 1939 cambió su residencia, de Francia a Estados Unidos, del paraíso de la libertad amorosa a la sede del puritanismo. Y siguió haciendo de su vida lo que le dio la gana… bueno, casi.
En la introducción a “Pájaros de fuego”, escribe:
“Una cosa es incluir erotismo en una novela o en un cuento y otra muy distinta dedicarle toda la atención. Lo primero es como la vida misma. Es, diría yo, natural, sincero, como ocurre en las páginas sensuales de Zola o Lawrence. Pero centrarse exclusivamente en la vida sexual no es natural. Viene a ser algo parecido a la vida de las prostitutas, una actividad anormal que acaba alejándolas del sexo…
“Gran parte de los relatos eróticos han sido escritos con el estómago vacío. Ahora bien, el hambre es muy buena para estimular la imaginación; no da potencia sexual y la potencia sexual no engendra aventuras extravagantes. Cuanta más hambre, más ganas, como les ocurre a los presos, ansiosos y obsesionados. De forma que [los escritores en los años de 1940] disponíamos de un mundo perfecto para cultivar la flor del erotismo”.
Pájaros de fuego fue publicado durante la floreciente liberación sexual de los años de 1970, pero había sido escrito en la penumbra, en un tiempo de puritanismo extremo en la Unión Americana. En las artes, el Código Hays expresamente prohibía cualquier expresión que atentara contra la moral. Una gran cantidad de artistas debía renunciar a sus propios intereses para integrarse a las reglas del mercado o, de lo contrario, subsistir en la penuria.
Por otro lado, los relatos de Anaïs Nin evaden el escabroso festín de la tortura sexual para explorar los senderos de la sensualidad erótica. También está presente la perversión, pero con un fuerte componente humano, como una variante de la inocencia o de la curiosidad.
En Estados Unidos, Nin fue la primera mujer que publicó relatos eróticos. Dice haberlo hecho al estilo de George Sand: escribiendo por la noche, porque durante el día debía cuidar de sus amantes y amigos. Se le considera también precursora de la liberación femenina.
En el relato “La Reina”, escribe:
“…todo el cuerpo de Bijou parecía guiado por un geniecillo, y era capaz de expresar todos los deseos (…) Si reía, su risa era la risa sexual de una mujer satisfecha, la risa de un cuerpo que gozaba por todos sus poros y células, que acariciaba el mundo entero (…) Los hombres la seguían antes de haberle visto el rostro, como si dejara a sus espaldas un olor animal. Es extraño el efecto que causaba en un hombre tener delante un verdadero animal sexuado. La naturaleza animal de la mujer ha sido tan meticulosamente enmascarada…”
Pájaros de fuego es un compendio de pequeñas piezas, píldoras literarias que -sin importar el paso de los años- aún producen placer en el lector y estimulan su imaginación.
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Breve biografía de Anaïs Nin (Francia, 21 febrero 1903 – Estados Unidos, 14 enero 1977).