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Grita en silencio. Memoria que se borra, de Vida Yovanovich

El Laboratorio Arte Alameda montó en septiembre de 2014 la estremecedora exposición “Grita en silencio. Memoria que se borra”, de Vida Yovanovich. Conjunto de siete instalaciones que se refieren al campo de concentración Mauthausen, construido en la Austria nazi y último en ser liberado. Al recrear lo que fue y es este sitio, la autora cuestiona el grado de intolerancia (e indiferencia) que prevalece hasta hoy.

El destacado trabajo conceptual de cada pieza logra calar hondo en el espectador, sacudido por la pérdida de libertad (e incluso de identidad) y el progresivo aniquilamiento por trabajos forzados o por exterminio. En ese curso, queda la posibilidad de alimentar la esperanza, orando o repitiendo ideas a manera de una oración secular.

Cada sala del museo nos recibe con una demoledora frase sobre el piso, creación de escritores europeos. De manera diferenciada, en cada espacio recibimos variados estímulos: sonidos, voces, música, silencios; imágenes fijas que van del gran formato a un tamaño casi íntimo; video; falso documental… Las ambientaciones van de la penumbra opresora a una luz que alivia.

No obstante la prolija construcción de cada instalación, es necesaria la participación del público (ya no sólo espectador) para explorar las salas con detenimiento para encontrar algunas sorpresas, como las voces en 16 lenguas distintas que repiten un parlamento en “Torre de control”, o las imágenes que cambian en  “Memoria que se borra”, o la imagen aparentemente fija que resulta ser video en “Salix Babylonica”, o el falso documental que aparecerá a sus espaldas al entrar a “Niño con papalote”.

La exposición termina con una invitación a la esperanza basada en mantener viva la memoria. De ahí que la muestra cierra con una frase de Jacques Derrida: “La memoria no es una cuestión del pasado, sino del futuro”.

Con notable fortuna, Yovanovich muestra cómo profundizar en una idea y trabajar en el desarrollo de un concepto se traduce en obras potentes capaces de cimbrar al público.

……

Durante varios días, Vida Yovanovich estuvo presente en esta exposición y de manera no formal ofreció visitas guiadas. Tuvimos la suerte de acompañarla en uno de esos recorridos, donde explicó de viva voz: “Este es mi primer proyecto con fotografía en color… el proyecto lo pidió” / “Algunas imágenes ya no corresponden a como estaba Maunthausen en 1945, pero también quise mostrar lo que la naturaleza ha hecho con el paso del tiempo” / “La idea de las instalaciones es que algunos vean los cambios en las imágenes, y otros no” / “Varios escritores que sobrevivieron a los campos de concentración no pudieron soportar la culpa de estar vivos y se suicidaron” / “Cuando te involucras en un proyecto, la vida te da regalos” (nube que se refleja en el techo de la Torre de control; niebla en patio central de Memoria que se borra; ave en sauce llorón; oración de un rabino en la cámara de gas) / “Durante la oración del rabino se escucha un cuerno de carnero que llaman shofar. Su sonido representa un lamento que invita a la reflexión y que se une a los lamentos de todos los tiempos” / “Cuando fueron concurriendo las cosas sentí que este era uno de esos proyectos en que la vida te dice: ‘Estás donde debes estar’”.

[ Gerardo Moncada ]

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