15 nov 2015.- El Tate Modern, como se conoce al Museo Nacional Británico de Arte Moderno, solicitó al artista mexicano Abraham Cruzvillegas crear una instalación para la Sala de Turbinas, un espacio de 3,300 metros cuadrados que ha albergado propuestas de diversos artistas contemporáneos.
En 2010, el artista chino Ai Weiwei tapizó ese espacio con cien millones de réplicas de semillas de girasol, elaboradas en porcelana por artesanos chinos. La propuesta era repensar el término “made in China” pero también un cuestionamiento a la petrificación de la Revolución Cultural China, en la que se decía que Mao era el sol seguido por millones de girasoles.
Ahora, Cruzvillegas ha creado una escultura-instalación que en primer momento lució fría e inerte. Como elemento principal de un diseño geométrico, decenas de contenedores con forma de triángulos isóceles albergaban una materia oscura. Montados sobre dos largas plataformas, también triangulares, estaban rodeados por potentes lámparas que los mantenían iluminados. La pieza se titula Empty Lot (Lote vacío), pero es mucho más que eso.
Las obras de Cruzvillegas se caracterizan por tener un alto contenido de improvisación y por emplear elementos ya existentes, para darles un nuevo uso. Esta no es la excepción ya que en diversos puntos de las plataformas hay estructuras creadas con materiales de desecho colectados en Londres; además, la materia en los contenedores es abono y tierra extraída de diversos parques y jardines londinenses.
El artista ha dicho que es una pieza cuyo principal componente es la esperanza. Es, asimismo, el escenario de una tesis: “Incluso en las peores condiciones, algo puede suceder”. Y esí fue. A las pocas semanas, a pesar de que nada fue plantado en ese “Lote vacío”, comenzaron a brotar los tallos de diversas plantas. Es una obra viva que evolucionará de manera incierta entre octubre y los primeros días de abril de 2016.
“Intenté hacer una síntesis del trabajo artístico que he realizado en mi vida: crear un lote vacío, tener un pedazo de tierra donde no plantara nada y permitirme ser testigo de lo que podría crecer ahí. Es como un retrato de nuestro propio ser… Si nada crece será el indicio de que algo sucede, y si algo crece estaré feliz, no porque sea mérito mío, sino por la confirmación de una creencia, de una esperanza”, explica Cruzvillegas.
Autoconstruido. Del material reciclado a la materia viva
Abraham Cruzvillegas parte de la práctica social mexicana de la autoconstrucción, de resolver las necesidades básicas “con lo que hay”, de conjugar la incertidumbre con la espontaneidad y la creatividad.
Trabaja con materiales desechados, reciclados, con los cuales produce instalaciones y esculturas. “Para mí, nada está muerto, todo es útil y al usarlo compruebo que está vivo”.
No sabe de antemano qué va a ocurrir. Explora, investiga, improvisa. Dice que esto le genera una serie de nuevas preguntas a lo largo del proceso creativo.
En una entrevista reciente, explica: “Si ves mi trabajo puedes interpretarlo como una pila de objetos. Amontono cosas encima de otras, y están a punto de derrumbarse. En todo momento están cerca de la catástrofe. Uso materiales reciclados, cosas que otra gente piensa que son basura. Para mí es materia prima.
“Hay gente que piensa que esto es una pendejada… aparentemente. Es cosa de ver. A veces me preguntan: ¿qué significa? Y respondo: Tú dime, ¿qué ves? El problema es que la gente ya no ve, ya no vemos. Eso es trágico.
“La inestabilidad, la parte contradictoria, todos los elementos precarios de mi trabajo están relacionados con la ciudad [de México] como una especie de cuerpo orgánico de cosas. Es algo vivo, cambiante, en transformación constante, y yo intento hacerlo conherente, con mi propia experiencia de la ciudad, el país y su cultura: es algo que siempre está a punto de derrumbarse, muy precario, inestable, pero también es muy feliz y optimista. Y así describiría mi trabajo. es una opinión acerca de nuestra capacidad de hacer cosas, porque incluso en las peores circunstancias puedes hacer cosas buenas”.
[The Guardian, 10 nov 2015.]
En otra entrevista, explicó que cuando la gente autoconstruye convergen «escasez monetaria, urgencia de confort, ingenio funcional y voluntad visual». Siguiendo esa línea, él crea un tipo de escultura de circunstancia, producto de la contingencia y la capacidad de improvisar, «una estética de la creatividad en condiciones restrictivas» [El País, 11 sep 2015].
Cruzvillegas es el primer artista mexicano que expone en la Sala de Turbinas del Tate Modern, un espacio que ha cubierto de esperanza.
[Gerardo Moncada]Se recomienda:
El proceso y la idea detrás de Empty Lot (video).
El taller (y el origen) de Abraham Cruzvillegas (video).