27 oct 2015.- “Soy un ser humano con conciencia. Y si crees que hay crímenes ocurriendo, entonces te tienes que levantar y oponerte a ello. Estoy aquí para decir que estoy del lado del asesinado”, declaró el cineasta Quentin Tarantino el pasado sábado, al participar en una marcha que se realizó en Nueva York en contra de la brutalidad policiaca.
Tarantino viajó a NY específicamente para participar en la marcha que salió de Washington Square y recorrió la Sexta Avenida de Manhattan, adentrándose en las calles de la Gran Manzana. En ella portó pancartas con los nombres de ciudadanos, principalmente afroamericanos, que han muerto recientemente a manos de policías. Al igual que cientos de personas, demandó justicia ante crímenes que han quedado impunes.
La respuesta no se hizo esperar. En su página web, la Policía de Nueva York pegó el grito en el cielo porque Tarantino llamó “criminales” a los policías involucrados en los fatales hechos. Acto seguido, hizo un llamado para que el público boicoteara las películas del cineasta.
El airado jefe del sindicato de policías, Patrick Lynch, dijo: “No es nada sorprendente que alguien que se gana la vida glorificando la muerte y la violencia odie a los policías”. Y convocó a los neoyorquinos a «enviar un mensaje a este proveedor de degeneración: no tiene que venir a nuestra ciudad a vender de puerta en puerta su calumniosa ficción policial».
Los esfuerzos por victimizar a los uniformados es una práctica común. Extrapolar las críticas a su desempeño para intentar revertirlas en contra de las familias de las víctimas, y quienes se solidarizan con ellas, es una práctica recurrente en muchas ciudades del mundo.
Sin embargo, el sarcástico universo fílmico de Tarantino -aunque plasme fantasías que reclaman una venganza- nace y se desenvuenve en el espacio cinematográfico. Pero los excesos de los cuerpos policiacos son muy reales y causan víctimas fatales. Esto es lo que debe de parar, lo que urge detener, independientemente de que algún espectador decida no ver más las películas de Tarantino.
No es la primera ocasión en que el cineasta se ve envuelto en una polémica, ni será la última. A lo largo de su carrera ha demostrado ser inmune a las controversias.
[Gerardo Moncada]