Activistas

Medios públicos, ¿expresar la diversidad del país o reproducir el esquema del poder?

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[Texto elaborado para el Foro Internacional de Medios Públicos en México, celebrado del 8 al 10 de diciembre de 2015 en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.]

10 dic 2015.- Por principio reconozcamos la dificultad de dar una cobertura informativa a un país megadiverso como México. Esa megadiversidad no sólo se refiere a su riqueza biológica, también se presenta en los aspectos culturales, sociales, políticos y económicos. Además, producto de esa diversidad, los problemas adquieren una densa complejidad. Por añadidura, las circunstancias varían en cada región del país. En fin, que un mismo problema -por ejemplo, la discriminación, la violencia, la pobreza o el rechazo megaproyectos- adquiere matices, intensidades y modalidades muy distintas en cada zona.

Es un problema, y un reto.

La pregunta es: ¿los medios públicos asumen el compromiso de reconstruir esta densa maraña de intereses, tradiciones y conflictos, o eligen solamente lo más relevante, su aspecto más actual, el de mayor interés para un grupo de la población? ¿Cómo se decide que solamente una parte de esa diversidad cuenta?

Echemos un vistazo a esa diversidad.

México es megadiverso en términos biológicos. Es el país con mayor diversidad de reptiles en el mundo; es el número dos en variedad de mamíferos y el cuarto en diversidad de anfibios y plantas [http://bit.ly/1vlpB2j]. Un alto porcentaje de estas especies son endémicas, sólo viven en México.

Existen 176 áreas naturales protegidas que abarcan 25.3 millones de hectáreas [http://bit.ly/1cRpFlk]

México también tiene una enorme riqueza cultural:

27 sitios declarados por la Unesco Patrimonio Mundial Cultural [http://bit.ly/XjBTid];

43 mil 855 sitios arqueológicos, contabilizados por el INAH hasta el año 2011 [http://bit.ly/1lvEenh];

55 mil monumentos históricos [http://bit.ly/1Z0aY67].

Se suele pensar que estos datos solamente son enciclopédicos o información general, pero no es así porque gran parte de este patrimonio se encuentra en espacios públicos o en territorios comunales o ejidales, sitios que están experimentando severos conflictos por invasión, expulsión con violencia o expropiación, ante lo cual la sociedad está reaccionando con denuncias, protestas o enfrentamientos.

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No es casual que las agresiones a defensores ambientales aumentaran en forma drástica en los últimos años, al pasar de 10 en el año 2010 a 23 en 2012, 53 en 2013, 87 en 2014 y 109 en 2015. Un aumento de mil por ciento en cinco años. [http://bit.ly/1NWvIKh]

¿Qué parte de todo esto abordan los medios públicos, y de qué manera (hasta dónde se profundiza, se contextualiza, se da seguimiento)?

En el ámbito social tenemos un grave problema de desigualdad. México es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo. Este año ocupa la posición 87 de 113 países. Menos del 1 por ciento de la población concentra el 43% de la riqueza y 16 multimillonarios mexicanos han visto crecer su fortuna casi cinco veces en sólo dos décadas. Esta disparidad se manifiesta en forma conflictiva, todos los días. ¿Qué hacen los medios públicos, la señalan o prefieren dar seguimiento a lo que hace el sector de la población que no padece urgencias financieras? [http://bit.ly/1SLOVx1]

¿Y qué hay de la sociedad civil? En el año 2014, 27 mil 18 organizaciones de la sociedad civil se habían inscrito en el registro de Indesol. De ellas, casi la mitad se concentraba en cinco entidades: DF, Estado de México, Veracruz, Oaxaca y Chiapas. Incluso las cinco entidades con menos registros promediaban 240 organizaciones cada una. Por supuesto, el padrón de Indesol sólo agrupa una parte del volumen total de organizaciones activas en México.

La gama de estas organizaciones es muy diversa, con actividades que promueven cambios políticos, económicos, sociales o culturales. Algunas trabajan directamente con grupos vulnerables, otras fungen como mediadoras entre estos grupos y las autoridades, algunas denuncian violaciones sistemáticas a los derechos de la población, otras más impulsan adecuaciones en normas, leyes o políticas públicas para garantizar la atención permanente a necesidades sociales.

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El conjunto de organizaciones civiles es tan diverso como la problemática del país, sin embargo, muchos medios suelen considerar a todas las organizaciones como una sola fuente informativa y en ocasiones descartan sus comunicados o sus actividades públicas con el argumento de que ya dieron cobertura a la sociedad civil, como si se tratara de un mismo actor que interpreta distintos papeles.

Un problema adicional es la diversidad regional de México. A partir de factores geográficos, históricos y culturales se han definido 8 regiones: noreste, noroeste, oeste, este, centronorte, centrosur, suroeste y sureste. De ellas, la más pequeña es la centrosur, que comprende al DF, Estado de México y Morelos. ¿Cuánta de la información que se maneja a escala nacional se refiere o surge principalmente en esta región?

Se puede decir que eso es resultado de la centralización de México. Y algo hay de cierto. Las calles de la capital se han convertido en el escenario de la inconformidad. En un año, entre el 1 de septiembre de 2014 y el 29 de agosto de 2015, el gobierno de la Ciudad de México registró 7,696 protestas, marchas o bloqueos en la vía pública. Son muestras extremas, en su gran mayoría, de la impotencia y el hartazgo ante la nula respuesta de las autoridades a diversos problemas.

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Y nuevamente preguntamos: ¿Qué parte de todas estas protestas abordan los medios públicos, y de qué manera, con qué profundidad, en qué contexto?

Necesitamos como sociedad que los medios públicos no estén sujetos a los intereses de los gobernantes en turno que les adviertan “pórtense bien”, o que les pidan difundir “lo bueno”, o que les den línea para reducir la cobertura de los conflictos políticos o sociales.

Necesitamos que -por lo menos- los medios públicos intenten expresar ese complejo poliedro que es la realidad de México, que no se limiten a reproducir una realidad intencionalmente sesgada que corresponde a una estructura vertical de poder político y económico. Existen muchos Méxicos que merecen verse y reconocerse en los medios públicos, esos medios que son de todos nosotros.

[Gerardo Moncada]

 

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