7 jun 2015.- El Museo Nacional de Arte (Munal) presenta la exposición “Landscapes of the mind”, integrada con obras de paisajismo creadas por artistas británicos entre 1690 y 2007. Provienen de la colección Tate, la más importante de Gran Bretaña y una de las principales del mundo.
Es una larga muestra, pero hay al menos ocho cuadros que justifican la visita.
Los adelantados, los que sorprenden
En la primera mitad del siglo XIX, varios pintores ingleses marcaron la pauta para la revolución que vivió la plástica europea. Recrear la naturaleza fue un recurso para explorar estados de ánimo, para traspasar límites cromáticos, para experimentar con el desvanecimiento de las formas.
J. M. W. Turner: el precursor de la pintura moderna. Su búsqueda en los fenómenos atmosféricos, el movimiento y las sensaciones le dio la oportunidad de sondear en lo que varias décadas más tarde derivaría en la abstracción geométrica (“La caída de una avalancha en los Grisones”, exhibido en 1810 -arriba-). Se anticipó también al impresionismo (“Riva degli Schiavone, Venecia: Fiesta de agua”, 1845 -abajo-).
John Martin: el romanticismo al extremo. “La destrucción de Pompeya y Herculano” (1822) es una obra espectacular por el formato y la fuerza cromática. Dato curioso: esta recreación de las fuerzas de la naturaleza como instrumento apocalíptico fue víctima precisamente de la naturaleza: el desbordamiento del río Támesis en 1928 causó severos daños a este cuadro, el cual fue restaurado hasta 2011.
Samuel Palmer: romántico y neoplatónico que también sondea rutas hacia el abstraccionismo (“Las cataratas Pistil Mawddach”, 1835-36).
John Brett: entre el minucioso pre-refaelismo y la abstracción (“Glaciar de Rosenlaui”, 1856).
James Dickson Innes: poderoso trazo y cromatismo, con un toque naif (“Arenig, Gales del Norte”, 1913).
David Inshaw: perseguidor del sentido profundo de un instante, a través de la obsesión por los detalles. “El juego de badminton” (1972-73), es un cuadro de gran formato pero exquisito, que pareciera pintado con pincel de un pelo.
David Hockney: “Grandes árboles cerca de Warter o pintura sobre los motivos para la nueva era postfotográfica” (2007). Pieza monumental armada con 50 lienzos. De Hockney sorprende su capacidad para innovar y esta no es la excepción.
La intención didáctica
La muestra está dividida en secciones, de acuerdo a las diferentes tendencias y escuelas artísticas. Está el siglo XVI y los descubrimientos; la visión clásica; los sueños pastorales; el romanticismo; el impresionismo; las diversas tendencias del siglo XX (neoromanticismo, expresionismo abstracto, neorealismo, pop, conceptualismo).
En varios artistas, el apego al academicismo es notorio. Quienes suelen regocijarse con el acervo artístico del Munal, así como los amantes del arte hasta el siglo XIX, seguramente vibrarán con las obras de George Morlad (Caza de conejos, 1792), Jan Siberechts (Paisaje con arcoiris, 1690), James Seymour (Caza en Ashdown Park, 1743), John Linnell (Harvest home, ocaso: la última carga, 1853, y Contemplación, 1854-55), Joseph Wright of Derby (Sir Brooke Boothby, 1781), John Constable (Chain Pier, Brighton, 1826-27), Sir Edwin Henry Landseer (Venado y lebreles escoceses en un torrente de montaña, ca 1832).
Sugerencia para los funcionarios culturales
De continuar estos intercambios culturales México-Gran Bretaña, sería deseable que incluyeran propuestas recientes, como la exposición Late Turner. Painting set free, una revisión contemporánea de la producción de este genio inglés en su etapa de madurez. Esa muestra, que causó conmoción en Europa en 2014, estuvo a principios de 2015 en el Museo Getty de Los Angeles. ¿Era tan difícil traerla a México?