
”Muchas cosas maravillosas narran las sagas de tiempos antiguos
De héroes loables de gran temeridad,
De alegría y de fiestas, de llantos y lamentos,
De la lucha de héroes valientes ahora escucharéis narrar maravillas…»
Hay quien resume El cantar de los nibelungos como el romance entre el príncipe Siegfried y la princesa Kriemhild. Eso es reductor y engañoso. Esta es una historia de amor y de dolor, de encuentro y pérdida, de lealtad y traición, y acerca del terrible alcance de las pasiones destructivas. En el núcleo de todo ello se encuentran -porque así lo deciden o porque no lo pueden evitar- Siegfried y Kriemhild.
Siegfried, el hombre terrible…
Un dragón mató la mano del héroe,
Cuando se bañó en su sangre, córnea se hizo la piel,
De modo que arma ninguna puede lastimarlo: lo que se ha comprobado muchas veces…
Es de tan alto ánimo, que hay que mirarlo con amistad:
Hizo con sus fuerzas muchos milagros…
Siegfried conquistó el tesoro del rey Nibelung; del aguerrido enano Alberich ganó el gorro que lo hace invisible y le da la fuerza de 12 hombres.
En su alma virgen, Kriemhild soñaba
Que criaba un halcón fuerte, bello y salvaje;
A éste lo agarraron dos águilas ¡lo que ella tuvo que ver!
No pudo sufrir dolor más grande en esta tierra.
Contó el sueño a su madre.
“El halcón que tú criaste, es un hombre noble;
Que Dios lo guarde, si no, pronto morirá”.
¿Qué me decís de un hombre, mi queridísima madre?
Quiero quedarme sin amor de héroe para siempre;
Quiero quedarme tan bella hasta mi muerte,
Para que nunca gane yo penas a causa del amor de un hombre”.
“No lo rechaces del todo”, la madre dijo a ella.
Si jamás en la tierra quieres ser feliz de todo tu corazón,
Esto vendrá del amor de un hombre: serás una bella esposa,
Si Dios te favorece con el cuerpo de un buen caballero”.
“No habléis así, mi queridísima madre.
La experiencia de muchas mujeres me ha enseñado
Cómo al fin se paga el amor con sufrimiento;
Quiero evitar a ambos de este modo seguramente me quedaré en paz”…
SIEGFRIED, EL TEMERARIO
Siegfried, el audaz príncipe de los Países Bajos, desde joven adquirió fama por sus valerosas hazañas.
En un país de poder enorme, de cien millas de largo y todavía más,
el país de los Nibelungos,
había ganado el gran tesoro,
ese que nunca disminuía aunque tomaran tanto de él…
En sus tiempos mejores, en sus días de juventud,
Muchas maravillas se podían narrar de Siegfried.
¡Qué honores florecieron en él y qué bello era su aspecto!
Por eso, con amor, pensaban en él muchas mujeres bellas…
Siegfried quería rechazar magníficamente todo ataque,
Que se temiera a sus países, el espada temerario y bello.
Nadie podía censurarlo, desde que había recibido las armas,
Raras veces descansó el héroe ilustre.
Sólo trataba de luchar y su mano fuerte
En todo el tiempo le ganó fama en países extranjeros…Al príncipe raras veces preocupaba dolor alguno del corazón,
Pero oía el rumor de que había una bella muchacha
Con los Burgundios, tan bella como se podía desear,
De la cual pronto tuvo muchas alegrías y también muchos pesares.
De su alta belleza se hablaba en todas partes
Y también del alma noble de la doncella
Al mismo tiempo era conocida por los héroes:
Esto atraía muchos huéspedes al país del rey Gunther…
Tantos pretendientes por su amor se vieron,
Pero Kriemhild en su mente no daba el sí…
Siegfried decide instalarse en la región al sur del río Rhin, en el reino germano de los Burgundios, donde busca lograr una de sus mayores hazañas: conquistar el amor de la bella princesa Kriemhild.
No logró disuadirlo su padre, quien le advirtió: “el rey Gunther tiene muchos hombres soberbios”. Esto lo confirmaría Siegfried, de mala manera.
Siegfried dijo al rey Gunther: “Creedme por mi juramento,
Os quiero ayudar a cambiar todo vuestro dolor.
Si queréis buscar amigos, yo quiero ser uno de ellos,
Y me atrevo a cumplirlo con honores hasta el fin…
Siempre la mano de Siegfried os servirá fielmente»…
Siegfried enfrenta heroicamente a las fuerzas sajonas y danesas en defensa del reino burgundio. Las referencias de su valor despiertan el amor de Kriemhild. “El primero en la lucha, cabalgando adelante, Princesa noble, fue el extranjero noble de los Países Bajos, milagros grandes hizo su mano fuerte”.
Siegfried nos traerá nuevas a este país;
A los Nibelungos temerarios, venció la mano del héroe
A los ricos príncipes Schilbung y Nibelung;
Hizo grandes milagros, con su brazo fuerte…
Incluso mediante tretas, Siegfried consigue que el rey Gunther conquiste a la brutal reina Brunhilde, con tal de que le concediera la mano de su hermana Kriemhild.
SIEGFRIED Y KRIEMHILD: EL PARAÍSO
Esta pareja representa la cúspide del amor, con la unión de los más puros sentimientos, los más altos atributos físicos y la nobleza de espíritu.
Uno dijo: “Aquí viene Siegfried, el fuerte, el héroe de los Países Bajos”…
Llegó la bella, como la aurora sale de nubes oscuras,
entonces desvaneció la pena al héroe
que a ella la tenía en su corazón desde hace tanto tiempo.
Él vio a la hermosísima tan magnífica ante sus ojos…
Como la luna llena, clara, supera a las estrellas,
Cuyo resplandor tan brillante y puro se levanta de las nubes,
Así resplandecía ella en verdad ante las mujeres bellas…
Siegfried pensaba en su mente: “¿Cómo pensaría yo jamás,
que iba a pretenderte? Esta es una ilusión vana;
pero si tengo que renunciar a ti, mejor estaría muerto”…
…y dijo la bella entonces: “Bienvenido, señor Siegfried, caballero bueno y noble”.
Entonces él sintió su ánimo elevarse.
Se inclinaba bellamente ante ella, ofreciéndole sus gracias.
Entonces atrajo uno al otro, el dolor del amor ansioso,
Con mirada amorosa de sus ojos, se miraban uno al otro
El héroe y la muchacha; y esto se hizo con disimulo.
Si con presión suave fue acariciada la mano blanca
En amor profundo, no lo sé decir.
Pero tampoco puedo creer que no lo hubieran hecho.
Corazones ansiosos del amor hubieran hecho mal en dejarlo…Llegaron ambos adonde iban a acostarse.
La felicidad de Siegfried llegó a ser linda y preciosa.
Cuando Siegfried, el espada, yacía con Kriemhild,
Y a la doncella acariciaba con tanta ternura,
Con su noble amor ella se le hizo como su propia vida:
No hubiera dado a ésta única por mil otras mujeres…Dijo Kriemhild la bella: “Yo tengo un esposo
al que todos estos reinos, con derecho, deberían ser sujetos”…
«¡Qué magníficamente anda allá ante los espadas!
Por eso siempre tendré el corazón contento”…
GUNTHER Y BRUNHILD: EL INFIERNO
Esta pareja simboliza las parejas mal avenidas, unidas por capricho, sin la voluntad manifiesta de una de las partes, y con el forcejeo permanente sólo atemperado con tretas y engaños…
Dijo el gobernante del Rhin: “Quiero ir al mar,
Allá donde vive Brunhild, pase lo que pase,
Por su amor arriesgaré vida y cuerpo,
Los quiero perder, si no puedo ganarla como esposa”.
“Esto no quisiera aconsejarte”, se opuso entonces Siegfried.
“Tiene costumbres tan feroces esta reina,
Pues cuesta un alto precio, pretender sus amores.
Por eso será mejor renunciar a este viaje”.
Entonces dijo el rey Gunther: “Jamás habrá nacido mujer alguna
Tan fuerte y temeraria, que yo no quisiera vencerla
Fácilmente en la pelea, sólo con mi mano”.
“Calláos”, dijo entonces Siegfried, “no conocéis todavía sus fuerzas.
Os lo aconsejo con fidelidad: si os gusta evitar la muerte,
No os metáis en apuros vanos a causa de su amor”…Brunhild dijo: “Si él quiere sostener mis competencias que yo impongo
Y si queda él vencedor en ellas, entonces seré su esposa;
Pero si yo gano una de éstas; la vida de todos vosotros estará perdida”…
Entonces habló el rey Gunther: “Hija bella de reyes,
Imponedme lo que querráis y si fuera más todavía
A causa de vuestra belleza todo soportaría gustosamente.
Quiero perder mi cabeza si no me ganáis como vuestro señor”…“¿Cómo pues, rey Gunther, te juegas la vida y el cuerpo?
Aquella a la que pretendéis es una mujer infernal”, dijo Hagen…
Siegfried, el rápido, el astuto, dijo a Gunther: «Yo te voy a guardar bien de ella por medio de mis trucos». Empleó la gorra que le hacía invisible y le confería enorme fuerza. Por medio de esta «hechicería» hizo vencedor al pretendiente en todos los desafíos que le impuso la impetuosa y fornida reina. «Esto, el rey Gunther, en verdad nunca hubiera logrado». Aunque derrotada, Brunhild nunca abandonó su fiereza.
.
Gunther pensaba encontrar delicias y encontró odio hostil.
Ella dijo: “Noble caballero, no pensad en esto.
Lo que tenéis en mente, esto no puede acontecer.
Quiero seguir siendo doncella todavía, señor rey, acordáis de esto,
hasta que sepa las nuevas”. Entonces Gunther empezó a odiarla…
UN HÍBRIDO CULTURAL
El cantar de los nibelungos es una obra única, por razones históricas y culturales. Es una gesta en la que convergen antiguas leyendas mitológicas y relatos heroicos del norte de Europa que fueron conservados por la tradición oral entre las tribus germánicas. Se estima que estas historias tomaron forma en los siglos V y VI en las regiones que hoy ocupan Islandia, Noruega, Alemania y Francia. Destacaban dos epopeyas: la que daba cuenta de la vida y muerte de Siegfried, y la que refería la destrucción del reino de los burgundios. Con el tiempo, estos y otros relatos épicos se fundieron en un solo cantar que perduró en lengua germánica.
Fue hasta finales el siglo XII que surgió una versión escrita de este poema, pero con alteraciones que le confirieron un sello medievalista: la estructura social de las tribus antiguas fue reemplazada por la de las cortes europeas, el paganismo fue sepultado por el cristianismo y las recias conductas nórdicas se adaptaron a las reglas caballerescas.
Con miradas cariñosas de los ojos muchos miraron
A la hija de Rudiger, que era tan linda.
En su mente, muchos buenos caballeros la acariciaron:
Lo merecía ella; tenía el ánimo muy alto.
Pensaron en lo que querían; pero eso no se pudo hacer…
El nombre mismo de este poema ya expresa una extensión de la palabra «nibelungo» al poseedor del tesoro extraordinario que custodiaban las ninfas del Rhin, el cual fue robado por los nibelungos, «los hijos de la niebla», belicosos enanos que vivían en la profundidad de la tierra extrayendo metales preciosos. De ese caudal se apoderó Siegfried al derrotar a los príncipes nibelungos. (Estos antecedentes se encuentran detallados en obras islandesas, como la Saga Völsunga y los Eddas.)
Al paso del tiempo surgirían diversas versiones de El cantar de los nibelungos (como la empleada en este texto). Aunque es cierto que la influencia medieval lo despojó de buena parte de sus rasgos primigenios al mismo tiempo lo convirtió en un híbrido excepcional en el que aún se perciben los ecos arcaicos que le dieron origen.
Hermann Hesse afirmaba: “El Medievo fue una época fabulosa, que creó, además de la brujería, el culto a la Virgen, además de salvajes humoradas, la leyenda de Parsifal, además del arte de las máscaras grotescas, las grandes catedrales góticas”.
KRIEMHILD Y BRUNHILD: LA TORMENTA
Encontraron en verdad, que en estas dos mujeres
No vieron en su belleza el menor defecto.
Quien sabía apreciar a mujeres y a un cuerpo hermoso,
alababa por su belleza a la esposa del rey Gunther.
Pero dijeron entonces los conocedores que miraban bien,
que antes que a Brunhild, debía concederse el premio a Kriemhild…
Brunhild y Kriemhild son dos mujeres hermosas pero bravas, de fuerte temperamento, acostumbradas a ocupar la cima del poder. En Brunhild domina la altivez y el despotismo; Kriemhild es de noble corazón, pero tiene un grave defecto: es incapaz de guardar secretos.
Entonces pensaba para consigo, todos los días, Brunhild la reina:
“¡Cómo demuestra la señora Kriemhild una soberbia tan alta!
Y es nuestro vasallo Siegfried, su esposo.
Por mucho tiempo no nos ha hecho servicio alguno”.
Esto escondía en su corazón, con gran disimulo;
Que permaneciesen extraños a ella, lo sentía mucho la señora.
Que no le diesen tributos del país de Siegfried,
Qué motivo tenía esto, le hubiera gustado saberlo…Todavía no abrigaba odio alguno Brunhild contra sus huéspedes,
Caminaban bajo las coronas a la catedral tan amplia,
Pronto se desvaneció este amor: a causa de la envidia violenta…
Por resentimientos y celos, surge entre ambas reinas un altercado que da pie a una confesión grave y de ahí se desata un conflicto de proporciones devastadoras.
“¿A quién quieres tú poner en vergüenza?”, dijo la esposa del rey.
“A ti te lo hago”, dijo Kriemhild, “tu cuerpo bello
fue amado primero por Siegfried, mi esposo querido.
No era mi hermano, quien te ganó tu doncellez.
¿Dónde quedaban tus sentidos? Era un truco burdo,
¿Cómo permitiste que te amase, si dices que es tu vasallo?
Te oigo”, dijo Kriemhild, “quejarte sin motivo”.
“En verdad”, dijo entonces Brunhild, “esto voy a decir a Gunther”.
“¿Y qué me importa eso? Tu soberbia te engañó.
Con palabras me has hecho vasalla,
y sábelo bien, siempre lo resentiré:
para tu amistad íntima jamás volveré a estar dispuesta”…
EL SELLO MEDIEVAL Y REMANENTES PAGANOS
Resulta evidente la mano de escribas cristianos en la versión medieval del muy antiguo Cantar de los Nibelungos. Así, los rudos personajes son transformados en fervorosos creyentes, ya no paganos politeístas sino cristianos que con la fe definen cada rasgo de su acontecer cotidiano: suplican (“por el amor de Dios”), agradecen (“Dios os recompense”), se encomiendan (“que Dios nos guarde”) y proclaman “por nuestro Señor Cristo”. Además, presuntamente siguen el calendario romano:
Una mañana de Pentecostés vieron andar
Preciosamente vestidos a muchos espadas excelentes…
En aquellos tiempos la fe todavía era débil;
Les cantó, sin embargo, la misa un capellán…
Más aún, se afirma que en el reino de Etzel (Atila) hay una catedral cristiana donde se ofician misas diariamente:
Brilló la mañana clara en la sala de los huéspedes.
Hagen empezó a preguntar a todos los espadas,
Si hoy querían irse a la misa de la catedral,
Según la costumbre cristiana se oyó el sonido de las campanas…
Los combates antiguos se trasladan a las pugnas religiosas medievales:
¡Cuánta gente de muchos países aquí se había reunido,
Muchos príncipes, fuertemente armados, contra el pequeño grupo,
Si los cristianos no hubieran sido sus adversarios,
Por su virtud se hubieran salvado de todos los paganos…
A la devoción cristiana se suman rasgos propios de las costumbres cortesanas y prejuicios medievalistas.
La bella dijo: “Tú me diste a conocer buenas nuevas:
En recompensa mandaré darte vestidos ricos,
Y diez marcos de oro mandaré entregarte”.
Por eso da gusto llevarles tales nuevas a señoras ricas…Antes del rosario cuando oyeron el ruido
causado por muchos espadas en el patio:
organizaron torneos para la diversión de todos.
Se apresuraron a verlos muchas mujeres y hombres…Pensaba Kriemhild en su mente: “¿Y debería yo entregar mi cuerpo
a un pagano? Soy una mujer cristiana:
De esto me censurarían mucho en todas partes;
Aunque me diera todos los países no podría hacerlo”…
El contraste se aprecia en los pasajes conservados de antiguas creencias paganas. En ellos, el poema adquiere brillo y fascinación. Es el caso del sueño premonitorio de Kriemhild que interpreta su madre, o cuando Hagen encuentra a las ondinas en el río Danubio:
Hagen buscaba aquí y allá por un balsero.
Entonces oyó el ruido de agua; y empezó a escuchar.
En una fuente bella había muchas ondinas sabias,
Que pensaban bañarse para refrescarse el cuerpo.
Hagen las notaba, entonces se acercó sigilosamente,
Ellas huyeron rápidamente, cuando vieron al héroe.
De que pudieran escapar, se regocijaron mucho.
Él robó sus vestidos y no les hizo mayor daño.
Entonces dijo una de las ondinas, Hadburg era llamada:
“Hagen, caballero noble, os informaremos
En recompensa, si nos devolvéis nuestros vestidos,
De lo que os pasará en este viaje, en el país de los Hunos”…
“Quien hacia allá cabalga conduce la muerte de la mano”…
En realidad, se estima que la influencia medievalista fue más de forma que de fondo. Johann Wolfgang Goethe consideraba este poema «fundamentalmente pagano». Acorde con ello, la investigadora y traductora Marianne Oeste de Bopp señalaba: “Todo el poema es germánico-pagano, con una delgada cubierta cristiana; el espíritu que lo anima no solo es poco cristiano, sino frecuentemente anticristiano… No obstante, la mezcla singular de lo remoto-mítico y el humanismo caballeresco del siglo XIII es lo esencial y característico y uno de los mayores encantos del Cantar de los Nibelungos”.
Y en el fondo, más allá de la amalgama pagano-cristiana, tribal-cortesano, se trata de una obra apasionante y apasionada que expresa todo lo que se puede hacer por amor (sacrificios, hazañas, pactar alianzas, unificar reinos) y por camaradería (emprender batallas, asumir desafíos ajenos, desprenderse de altas jerarquías). Pero también refiere cómo lo edificado termina arrasado por la enorme fuerza de los rumores, las insidias, la codicia, la soberbia, los celos, la traición, la ira, el asesinato.
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GUNTHER Y HAGEN: EL PODER Y LAS ARMAS
Similar a otras épicas antiguas, en El cantar de los nibelungos pone énfasis en el desempeño de los principales guerreros.
Entre los burgundios, Hagen, goza de plena confianza del rey Gunther y su opinión tiene enorme peso. Aunque el rey tenga la última palabra en las deliberaciones, Hagen toma las decisiones en todo lo referente a enfrentamientos armados. Éste es un guerrero desalmado, una máquina de guerra, y en él se aprecian atributos del antiguo guerrero nórdico: fuerza, destreza, temeridad y orgullo, aunque también llega a ser petulante y brutal.
Hagen, el soberbio, puso en sus rodillas
Un arma brillante, de su mango resplandecía
Con brillo claro un jaspis, más verde que el asto.
Bien reconocía Kriemhild, que una vez perteneció a Siegfried…
Los ásperos rasgos del guerrero antiguo serían matizados, pulidos, por la cultura caballeresca del Medievo, no sólo en los valores sino también en las conductas y en el arreglo personal.
Se ciñeron la espada de caballeros, de acuerdo con el uso caballeresco,
Con tan altos honores no será fácil que vuelva a acontecer…
En la corte de Siegmund se levantó el ruido de torneos…
Sus armaduras brillantes alistaron también
Y sus yelmos fuertes, sus escudos bellos y anchos…
Según costumbre cortesana, también ante las señoras
Jugaron divirtiéndose los caballeros temerarios…
Los juglares y vagabundos no querían descansar;
Servían por donativos que abundantemente encontraron…
El rey Gunther, para dar una imagen de fuerza ante su gente, conspira con Hagen para traicionar a Siegfried, a pesar de las múltiples muestras de lealtad que éste le había ofrecido. Con ello, el rey y su principal guerrero vulneran de manera profunda valores esenciales que defendían los caballeros y los espadas.
TRAICIÓN A SIEGFRIED
El héroe de los Países Bajos había defendido el reino de Gunther ante el ataque de dos ejércitos; había acompañado al rey -simulando ser su vasallo- a la conquista amorosa de Brunhild; con recursos mágicos lo había hecho vencedor en los desafíos impuestos por ella; de la misma manera había auxiliado al rey para que aplacara la extraordinaria furia de Brunhild en el lecho nupcial. No obstante, sería traicionado por quien tantos favores le debía.
Dijo Hagen: “Si Siegfried ve que nos preparamos para la guerra
prometerá ayudaros; entonces perderá su vida,
si sólo llego a saber los secretos de la esposa del espada temerario”.
Por desgracia el rey seguía el consejo de su vasallo.
De modo que empezaron a pensar en infidelidad y traición,
antes de que alguien lo supiese, los caballeros elegidos.
Por los disgustos de dos mujeres, muchos héroes perdieron la vida…Kriemhild dice a Hagen:
“A tu fidelidad confío a mi lindo esposo,
Que tú me protejas al hombre querido”.
Lo que mejor hubiera callado, se lo confió ahora.
Ella dijo: “Mi esposo es valiente, y bastante fuerte también.
Cuando mató al dragón al pie de la montaña,
Se baño en su sangre, el espada listo,
De modo que arma alguna jamás podría lastimarlo en la lucha…
Donde se pueda herir a mi querido esposo
Lo debes saber ahora: a tu gracia lo recomiendo.
Cuando de las heridas del dragón, brotó la sangre caliente
Y en ella se bañaba el espada temerario y bueno,
Se le cayó a las espaldas una hoja de tilo, muy ancha,
Allá se le puede herir; esto me crea preocupación y dolor”.
Entonces dijo Hagen, el infiel: “pues cosed en su vestido
Para mí una pequeña señal, con vuestra propia mano.
Donde tenga que protegerlo, en esto puedo comprender”.
Ella quería alargarle la vida, y en su muerte habían puesto la mira…Hagen había dicho al rey
Cómo iba a perder al espada magnífico.
De infidelidad tan grande jamás debería hacerse culpable un hombre.
Cuando los infieles decidieron su muerte
Todos lo sabían; Geiselher y Gernot
no querían cazar con ellos. No sé a causa de qué resentimiento
no se lo advirtieron; pero por esto tendrían que pagar con creces…Cuando Siegfried, el noble, bebió de la fuente,
Hagen le atravesó la marca, de modo que saltó de la herida
La sangre de su corazón, salpicando el vestido de Hagen.
Ningún héroe jamás volverá a cometer un crimen como éste…
Entonces cayó entre las flores el esposo de Kriemhild.
La sangre de su herida corrió a raudales,
Entonces, apremiado por el gran dolor, empezó a insultar a aquellos
Que habían aconsejado con infidelidad su muerte.
Dijo el herido a muerte: “Ay, vosotros, malos cobardes,
¿De qué sirvieron mis méritos, si me habéis asesinado?
Siempre os he tenido afecto y de esto me muero ahora.
Siento que habéis hecho mal en vuestros amigos…
Y dijo de corazón, lamentando: “De mi muerte traicionera
Debéis arrepentiros todavía en los días del futuro:
Creedme en verdadera fidelidad
que vos os habéis asesinado a vosotros mismos”…
La flecha que mató a Siegfried hirió para siempre a su esposa Kriemhild.
Brunhild, la bella, se jactaba en su soberbia:
Cuánto lloraba Kriemhild, ¡que preguntaba ella por eso!
Para amor y fidelidad jamás se mostró dispuesta hacia ella.
Pronto la señora Kriemhilď le causó muchos dolores a su corazón…
Ute y su séquito siempre trataron de consolarla,
Sin embargo, en su corazón herido encontró tan poca calma
Que no podía ayudarla el consuelo que le ofrecieron.
Tenía por el amigo la más ardiente nostalgia…
Estaba sentada en su dolor, todo esto es cierto…
A la traición siguió la codicia:
Después de la muerte de su esposo, hasta el cuarto año,
Y jamás había hablado una sílaba con Gunther,
Ni tampoco había visto a Hagen, su enemigo, en todo este tiempo.
Entonces dijo el Tronje Hagen: “Podría esto hacerse,
Si vosotros pudiéseis reconciliaros con la hermana;
Pudiera venir a este país el oro de los Nibelungos;
Mucho ganaríais, si la reina se reconciliara con nosotros”…
Robaron ahora a la viuda el tesoro enorme,
Hagen se apoderó de todas las llaves para las cuevas…
ATILA Y KRIEMHILD: LA VENGANZA
Luego de perder a su esposa Helke, Atila decide pedir la mano de la viuda Kriemhild. Ésta, tras varios años de duelo, se negaba a contraer nuevas nupcias. Por ello, rechazó la petición de matrimonio, hasta que encontró una vía para liberar su resentimiento.
De nada sirvió lo que ofrecieron, hasta que Rüdiger
Había hablado en secreto con la reina alta,
Que esperaba vengar todo su sufrimiento.
Entonces finalmente se disminuyó un poco su duelo tan profundo.
Dijo a la reina: “Dejad ahora vuestras lágrimas.
Si con los Hunos tuviérais a nadie más que a mí solo
A mis amigos fieles y a mis vasallos
Lo pagaría terriblemente, si alguien os hubiera causado dolor”.
Con esto se aligeraba el alma de la señora.
Ella dijo: “Bien, juradme Rüdiger, lo que alguien me haga sufrir,
Que vos seréis el primero que vengará mi sufrimiento”.
Entonces dijo a ella el Margrave: “A esto, señora, estoy dispuesto”.
Con todos sus hombres juró entonces Rüdiger a ella,
Que siempre le serviría fielmente, y que los espadas altos,
Nada iban a negarle en el país del rey Etzel,
Lo que exigiría su honor: esto se lo juró la mano de Rüdiger.
Entonces pensó la fidelísima: “Si puedo ganar
Tantos amigos fieles, poco me importa
De lo que diga la gente, en la profundidad de mi dolor.
Puede ser que siempre se vengue la muerte de mi querido esposo”…
Esto lo vislumbró Hagen:
“Si Kriemhild, la noble, lleva la corona de Helke,
Mucho dolor nos causará cuando le sea posible”…
A pesar de que el poema constantemente anuncia lo que a continuación va a suceder, nunca decae el interés del lector intrigado por la manera como se desarrollarán los acontecimientos.
LA FURIA DE KRIEMHILD
¿Cómo podría vengarse? En esto pensaba Kriemhild todos los días:
“Ahora soy tan poderosa, pese a quien le pese,
Que puedo causar sufrimientos grandes a mis enemigos,
Y estaría dispuesta a causarlos a Hagen de Tronje…
Pensaba también todos los días: “Voy a pedir al rey
Que me permita, con modales finos,
Que traigan a mis amigos al país de los Hunos”.
Nadie sospechaba los pensamientos negros de la reina…
Nadie lo sospechaba, excepto Hagen.
Dijo el rey Gunther: “La ira de mi hermana se desvaneció
Con su beso amoroso, antes de abandonar este país;
Nos ha perdonado el mal que le habíamos hecho a ella.
Sólo podría ser que con vos, señor Hagen, estuviese airada todavía”.
Cuando resolvieron el viaje al país de los Hunos,
Hagen, el feroz, lo llamó un viaje a la muerte…
Cuando los burgundios llegan al reino de Etzel, se intensifica en Kriemhild el deseo de venganza por “el asesinato y doble robo”.
Kriemhild no había pensado en una batalla tan asesina,
Cuando había empezado la lucha, había creído,
Que sólo Hagen debería ver su fin ahora,
Pero a causa del mal diablo a todos les tocó…
Sin ceder a su determinación, Kriemhild intentó detener el derramamiento de sangre.
“No os concederé gracia, yo misma gané la desgracia:
A mí, de Tronje Hagen me ha causado un dolor inmenso
En mi país y ahora aquí, donde mató a mi hijo;
Esto tendrán que pagar duramente los que llegaron con vosotros.
Pero si queréis darme de rehén a Hagen solo,
No voy a negar, que os dejaré con vida,
Porque sois mis hermanos, hijos de la misma madre,
Entonces trataré de reconciliaros con los héroes que están aquí.”
“No lo quiera Dios en el cielo”, dijo entonces Gernot.
“Y si fueran mil de nosotros, todos quisiéramos yacer
Muertos ante tus amigos, antes de entregarte a un hombre
Aquí como rehén; esto no se hará nunca.
Aunque tuviéramos que morir”, dijo entonces Geiselher,
“Nadie puede separarnos de nuestra caballerosidad.
Quien quiera luchar con nosotros, aquí estamos todavía:
Jamás he traicionado mi fidelidad con un amigo”…
LO CRUCIAL: MORIR CON HONOR
Como en todo cantar de gesta, el honor del guerrero es primordial y cada enfrentamiento se acepta como un deber ineludible. “Si una cosa debe hacerse, ¿quién puede resistirla?”. Sin embargo, en este poema predomina el antiguo concepto germánico de entregarse al destino aunque el desenlace sea trágico, sin la noción cristiana que conlleva una recompensa o un castigo en el más allá.
Dijo Hagen: “Quien quiera vencer la sed, que beba aquí la sangre”…
“Preparáos, héroes, para la lucha esto es necesario para nosotros;
Ya que no escaparemos, que siquiera yazcamos muertos con honores”…¡Cómo la furia de las espadas resonó tan horriblemente,
Que bajo sus fuertes golpes, el adorno de los escudos se rompió!
Las piedras preciosas se derramaron rotas a la sangre;
Entonces pelearon tan ferozmente como jamás se volverá a hacer…Allí estaba la soberbia de los héroes, caída ante la muerte.
La gente toda tenía gran dolor y pena,
Con duelo había terminado la fiesta del rey,
Como siempre el dolor reemplaza la alegría finalmente.
UN PILAR DE LA LITERATURA ALEMANA
Se dice que El cantar de los nibelungos no es un poema alemán sino europeo, toda vez que Siegfried era príncipe de los Países Bajos, el pueblo de los nibelungos era de Noruega, Brunhild era la reina de Islandia, en tanto Atila y los hunos estaban instalados en los márgenes de la actual Hungría. Sin embargo, buena parte de la historia se desarrolla en Worms (hoy Alemania), donde vive Kriemhild y reina su hermano Gunther. Y quizá más relevante es el hecho de que este cantar sobrevivió en lengua germánica para convertirse en un pilar de la literatura alemana.
Algunos historiadores consideran que Siegfried, el vencedor del dragón, representaría al rey Arminio, jefe de la tribu de los cheruscos que logró agrupar a las tribus germánicas contra los romanos para infligirles una gran derrota en el año 9, durante la legendaria batalla de Teutoburgo. Tras ella, Roma nunca logró retomar verdaderamente el control de las tribus germánicas. En cuanto al dragón Fafnir, que Siegfried mata y con cuya sangre se baña para volverse invulnerable, simbolizaría el ocupante romano.
Menos alegóricos son otros hechos referidos en este poema, los cuales están datados en el siglo V, como la caída del reino burgundio y la boda de Kriemhild con Atila. En el año 437 los burgundios fueron arrasados por los hunos; poco tiempo después, en el año 453, Atila murió durante el sueño (se sospechó que lo había asesinado su esposa germánica Hildiko, es decir, Hilde-Kriemhild).
En El Cantar de los nibelungos convergen leyendas mitológicas y relatos heroicos ocurridos en diferentes épocas. La fusión de materiales tan diversos provocó problemas de coherencia en el relato, en el estilo narrativo y en el tratamiento de los personajes. Por otro lado, para su pleno entendimiento y disfrute es conveniente acompañar su lectura con la Saga Völsunga, los Edda de Islandia y el Waltharius Manufortis, obras que contienen leyendas que explican los antecedentes de varios personajes presentes en el poema germánico.
No obstante lo anterior, El cantar de los nibelungos ha resistido ante todas las adversidades. Los trovadores lo mantuvieron con vida por siglos. Ya como obra escrita, fue olvidado durante el Renacimiento. En el siglo XVIII se le redescubrió. En los siglos XIX y XX fue utilizado como propaganda política a favor de una presunta supremacía alemana, primero por el kaiser Guillermo I y luego por los nazis, lo cual enturbió su imagen pública.
Pese a todo, el consenso académico considera El cantar de los nibelungos una obra cumbre del Medievo que en este siglo 21 ha recobrado aceptación y esplendor. Desde el año 2002 se celebra en la ciudad de Worms el Festival de los Nibelungos. Durante dos semanas del verano, miles de personas asisten a la representación de este poema épico mediante lecturas públicas, puestas teatrales, conciertos, trovadores y ambientaciones de época. Más allá del entretenimiento, ha sido una forma de promover este clásico de la literatura universal para que siga siendo leído por las viejas y nuevas generaciones, dentro y fuera de Alemania.
[ Gerardo Moncada ]